Círculo Sexto: Herejía


Megera, Tisífone y Alecto

E quei, che ben conobbe le meschine
de la regina de l’etterno pianto,
«Guarda», mi disse, «le feroci Erine.

Quest’è Megera dal sinistro canto;
quella che piange dal destro è Aletto;
Tesifón è nel mezzo»; e tacque a tanto.

( Y él, que reconoció las mensajeras
de la que es la reina del llanto eterno,
díjome: " ¡Guarda! Las Erinis fieras! "

"Esa es Megera, de siniestro canto;
Alecto es la otra, que a la diestra llora;
y en el medio, Tisífone calla en tanto" )

(Canto IX, versos 1125-1133)


Entrando a la ciudad maldita

De aquí en adelante, procuraré saltarme los cantos que hablan del mismo círculo, por las obvias cuestiones de espacio.
Eso, claro está, sin dejar de mencionar con cuáles los hago y brevemente citar su contenido. Esto es un intento de reducir un poco la extensión de este viaje, que ya de por sí es largo.

En este círculo en especial están los sentenciados por heresiarcas.
Pero antes, deben esquivar el peligro que representan las Furias, que invocan a la Gorgona Medusa.
Virgilio tapa los ojos de Dante, para preservarlo de la visión de ella. Aparece un ángel, que interviene en favor de los poetas y abre las puertas.
Allí, ven tumbas ardientes con las tapas levantadas, en las que son castigados los incrédulos y herejes.

En el canto siguiente, prosigue el relato sobre el sexto círculo. En este punto Alighieri se encuentra con la sombra de Farinata degli Uberti, que lo llama desde uno de esos sepulcros y habla con él, prediciéndole oscuramente su próximo destierro. Mientras esto pasa, de otra tumba cercana emerge la sombra de Cavalcante Cavalcanti, que pregunta por su hijo, amigo de Dante. Ante un malentendido, vuelve a hundirse en su sepulcro, pensando que su hijo ha muerto.

El último canto relacionado con la herejía, el XI, sen encuentran con la tumba del papa Anastasio, y perciben la hediondez del séptimo circulo infernal. Llegados hasta este punto, Virgilio explica a Dante lo que encontrarán en los tres círculos subsiguientes, que a su vez están divididos en partes distintas, donde se castiga el pecado con más exactitud, dependiendo de la clase de falta cometida. Además, completa la exposición con la categorización de los pecados, según la distinción escolástica.

Herejía....Esta palabra ha sido usada con tan amplio sentido que ya casi se ha desvirtuado su verdadero significado. Según mi diccionario Pequeño Larousse Ilustrado, edición de 1983, herejía tiene cuatro acepciones:

1) Error en materia de fe, sostenido con pertinacia.
2) Sentencia errónea contra una ciencia o arte.
3) Palabra injuriosa.

¿Por qué remarqué la última? Porque en mi opinión, en ella está el quid de la cuestión. Gracias a la distancia que hay entre la primera acepción y la cuarta, no sólo ordinalmente sino también de criterios, han sido quemados, censurados, y torturados de diversas maneras muchos en la Historia.

Los que sostienen la primera en realidad practican la cuarta. Y si a esto se suma fanatismo religioso, o luchas por poder, podemos imaginar los resultados....
No quiero explayarme mucho. Invito al amable visitante a detenerse un rato a pensar lo escrito hasta ahora, y relacionarlo con todos los órdenes de la vida, considerando también los peligros y (si las hay) ventajas de los dogmas.

¿Lo han considerado? Creo que esta idea es tan amplia, que no se puede transmitir en el pequeñísimo espacio que aquí tenemos. Pero espero haberles transmitido el espíritu de ella, y haberlos dejado pensando un ratito, aunque más no sea.

Herejes.......¿A quiénes podemos considerar herejes?

2) Los que guiaron a esas manos.

3) Los que de una manera u otra obligaron a alguien a hacer algo en contra de sus convicciones (sin abrir juicio sobre ellas).

4) A mi humilde criterio, a los ateos...No por negar a un Dios determinado, sino por la imbécil obstinación en reconocer que puede haber algo más grande que ellos.

E invito al lector a azuzar las llamas, para que disfruten de un lugar en el que estén, según Dante, traducción de mi connacional Bartolomé Mitre: "... en fuegos más intensos abrasados, que los que el hierro funden..."

Hablando de herejías


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¡No corras! (A menos que sea para escribirme)

©Diego Fernando Lozano Anderson,1999