Figura del Cancerbero, autor desconocido
Cerbero, fiera crudele e diversa,
con tre gole caninamente latra
sovra la gente che quivi è sommersa.
Li occhi ha vermigli, la barba unta e atra,
e ‘l ventre largo, e unghiate le mani;
graffia li spirti, ed iscoia ed isquatra.
Urlar li fa la pioggia come cani;
de l’un de’ lati fanno a l’altro schermo;
volgonsi spesso i miseri profani.
Quando ci scorse Cerbero, il gran vermo,
le bocche aperse e mostrocci le sanne;
non avea membro che tenesse fermo.
(El Cerbero, animal feroz y gurvio,
por sus tres fauces ladra de continuo
y es de sus anegados el disturbio
De negro hocico y ojo purpurino,
de vientre obeso y manos unguladas
muerde a las almas con furor canino
Las sombras, por las lluvias maceradas,
ladran también cual can y se resguardan,
unas contra las otras apiñadas,
cuando el ataque del Cerbero aguardan;
y al verle abriri la boca sanguinosa,
temblorosas se esconden y acobardan.)
(Canto VI, versos 720-731)
.
Esta ilustración no pertenece a la serie que hasta ahora acompañaba nuestro viaje. Simplemente porque no he podido encontrar una imagen correspondiente a este canto.Quizás, Gustave Doré no se acordó o juzgó interesante este círculo, o los recopiladores de esta colección no lo hicieron así.
Un error, en mi opinión. Los que no vayamos al círculo anterior, seguramente caeremos en este.
¿Quién no disfruta de un buen asadito, para hablar de comidas de mi tierra? ¿O una paella,
una cazuela de mariscos, un Vittel Tonné? Imagínense su plato favorito....en su mejor preparacion.
Cierren los ojos. Paladéenlo.
En este tercer círculo, la tortura se desarrolla en un pantano infecto, azotado eternamente por una lluvia
helada. Aquí mora el Cerbero, o también llamado Cancerbero, animal mitológico que según
la creencia romana custodiaba las puertas del Averno. Dante lo coloca en el lugar de castigo de los glotones, como
un tormento más. Muerde a sus víctimas y él mismo es todo un símbolo de la glotonería.
Aquí, Alighieri reconoce a varios conciudadanos, entre ellos a Ciacco, no sin cierto trabajo por el aspecto lastimero que mostraban todos ellos.
Me cuesta trabajo incluir este castigo en mi versión del Infierno, quizás por mi vocación
de gordito, nunca llevada a cabo.(Como dice un obeso conocido mío, señalando a su barriga: "Aquí
hay mucho trabajo puesto")
Entonces me encuentro en un gran predicamento: ¿A quiénes dejamos aquí? Mmmm...
-Esos conocidos que esperan verte con una hamburguesa en la mano, para mirate con cara de refugiado etíope que no ha comido en dos años, y cuando tú, movido por la compasión, le ofreces la hamburguesa, la devastan de un solo mordisco.
-Aquellos que esperan verte acercar a la barra de la confitería para saludarte, con la esperanza cierta de que te pongan en compromiso de invitarles un trago.
-Esas mujeres que dicen: "No, gracias, estoy a dieta " y cuando, por urbanidad insistes, te comen hasta los dedos.
-Esas otras mujeres que al invitarlas a cenar, piden langosta, un vino de 1830, un mouse flambeé y causan un estado de emergencia en tu billetera (cuando no una corrida en taxi a tu casa a buscar más dinero).
-A mí y a mis amigos, cuando organizamos esos pantagruélicos asados en que no dejamos ni las brasas y luego nos quejamos de descompostura de hígado.
¿Has identificado a alguno de tus conocidos en esta lista? ¿O te has leído retratado?
Hagamos una prueba....A ver si resistes una incursión a estos links.
Un
aperitivo, para abrir el apetito
Unas
recetas...¿Qué te gustaría comer?
Círculo IV: Avaricia y Prodigalidad
¡Rápido! Me muero por leer tu e-mail
©Diego Fernando Lozano Anderson,1999